A finales del 2011, Francisco Luque (Faluke), un conocido naturalista almeriense, descubría por casualidad la presencia de una pequeña culebra tropical en Aguadulce (Almería). Se trataba de una pequeña serpiente de hábitos subterráneos, casi ciega y con aspecto de gusano, perteneciente a la familia Typhlopidae, la cual agrupa unas 200 especies de distribución tropical.
Dado que existen varias especies muy similares y difíciles de diferenciar, en 2011 enviamos muestras para que fueran analizadas genéticamente y los análisis genéticos confirmaron que se trataba de Indotyphlops braminus (antes Ramphotyphlops braminus), conocida como culebrilla ciega enana, culebrilla ciega de los Brahmanes, por haber sido descrita originalmente en la India, o culebrilla de las macetas.
Es una especie nativa de Asia que ha sido introducida de forma involuntaria en diversas partes del mudo siempre asociada al comercio de plantas de origen tropical. Su pequeño tamaño y su discreta forma de vida, favorecen que pase inadvertida en el interior de las macetas, de ahí su nombre.
Lo primero que llama la atención al verla es su aspecto de gusano, que la asemejan más a una lombriz que a una serpiente, por lo que muy poca gente seria capaz de reconocerla como tal. Además, como las lombrices, también vive bajo tierra, alimentándose principalmente de huevos, larvas, pupas y adultos de hormigas y termitas y otros pequeños invertebrados, saliendo raramente a la superficie. A diferencia de otras serpientes, es incapaz de dilatar su boca, por lo que solo pueden comer presas de tamaño inferior a su propio diámetro.
Otra de sus singularidades es su modo de reproducción. Es una de las pocas especies de vertebrados que se reproduce de manera partenogenética, es decir, a partir de huevos no fecundados, siendo por ello los machos no necesarios. De hecho, jamás se ha encontrado un macho de esta especie.
En España se conocen poblaciones en Canarias y parece ser que también en Baleares, pero ésta de Aguadulce, es la única conocida para la Península Ibérica y Europa continental.
Fue encontrada en los antiguos terrenos de un vivero de plantas ornamentales tropicales y desde que fuera descubierta venimos realizando un seguimiento más o menos continuo. Hemos podido comprobar que esta población aún se mantiene cinco años después a pesar de encontrarse, en principio, en un medio no del todo adecuado para el desarrollo de esta especie.
También hemos comprobado que además de mantenerse, la población parece incluso haber aumentado algo en densidad, si bien apenas se ha dispersado. Los ejemplares más alejados los hemos encontrado a tan solo unos 150 metros fuera del área en que fuera detectada en el año 2011, si bien hay que tener en cuenta que en esta zona aún tiene bastante lugar potencial en el que dispersarse, por lo que vemos necesario este seguimiento.
Por el momento no parece interferir sobre la fauna autóctona, si bien es un aspecto que habría que estudiar. La hemos visto especialmente asociada a una determinada especie de hormiga pequeña (Tetramorium semilaeve) de la que quizás se esté alimentando, y convive con otras especies de reptiles muy abundantes allí, tales como la salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus), la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai) y la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus).