El río Adra y sus Albuferas constituyen un ecosistema singular y de enorme valor ecológico. A pesar de encontrarse en un entorno semiárido, la presencia continua de agua posibilita la existencia de una rica biodiversidad, siendo además un refugio para una serie de especies únicas en el contexto de la geografía almeriense, como es el caso de la ranita meridional (Hyla meridionalis).
Esta riqueza y singularidad, fueron algunas de las razones por las que estos lugares fueron declarados en su día "Lugar de Interés Comunitario", e incluso "Reserva Natural" en el caso de las Albuferas de Adra.
Por desgracia, esta protección no parece haber sido del todo efectiva, y comprobamos cómo el deterioro de ambos parajes es cada vez mayor, sin que las diferentes administraciones tomen cartas en el asunto.
El deterioro es tal, que sospechábamos que las poblaciones de anfibios, y más concretamente, la presencia de especies como la ranita meridional, históricamente muy abundante, debían haberse visto muy afectadas. Sin embargo, no manejábamos datos y queríamos comprobarlo.
Con este objetivo, el pasado sábado 23 de enero, veinticuatro voluntarios de diferentes asociaciones: Serbal, Árbol de las Piruletas y Berja Comprometida, nos unimos para prospectar toda el área de distribución actual conocida en la provincia de Almería de la ranita meridional, la cual se restringe, como hemos mencionado anteriormente, al río Adra y su delta.
Repartidos en seis grupos, cada uno con su respectivo coordinador, los voluntarios realizaron entre las 18:30 y las 22:00 h un total de 31 estaciones de escucha de unos 15 minutos aproximadamente, apoyadas con reclamo para estimular los cantos de los machos.
Los resultados fueron desoladores. La ranita meridional solo resultó positiva en una estación, concretamente en una de las realizadas en la Albufera Honda. Por el contrario, las realizadas en la Albufera Nueva, el Monte, el río y su delta, todos lugares tradicionales para la especie, resultaron negativos.
Tampoco fueron buenos los resultados para el resto de anfibios. El sapo común (Bufo spinosus) solo fue detectado en una estación del río Adra, y la todoterreno rana común (Pelophylax perezi) en tan solo 1/3 del total, cuando años atrás era abundantísima.
Especie | Nº estaciones positivas |
---|---|
Ranita meridional (Hyla meridioanalis) | 1 |
Sapo común (Bufo spinosus) | 1 |
Rana común (Pelophylax perezi) | 11 |
Galápago leproso (Mauremys leprosa) | 3 |
Cangrejo americano (Procambarus clarkii) | 1 |
Estos preocupantes resultados, en realidad, no son de extrañar. Muchas de las charcas que años atrás existían en el delta del río y sus albuferas han desaparecido por el avance de la agricultura intensiva, y las pocas que quedan las están desecando, colmatando de basuras o tienen problemas por contaminación y deterioro de la calidad de sus aguas.
La presencia de residuos agrícolas es constante a lo largo de todo el río y se hace especialmente patente en las Albuferas de Adra, donde desembocan varias ramblas. Aquí se acumulan toneladas de plásticos, incluidos miles de botes con restos de fertilizantes.
Hay que recordar que la contaminación del agua en general, y los fertilizantes nitrogenados en particular, son una de las principales amenazas para los anfibios. Sus larvas son muy sensibles a este tipo de contaminación, incluso en dosis bajas, produciendo en muchos casos deformaciones o, directamente, la muerte.
Por todo ello, creemos que si no se atajan de manera contundente las amenazas que se ciernen sobre este lugar y, más concretamente, se hace una gestión adecuada de los residuos agrícolas, el río Adra y sus Albuferas pronto enmudecerán definitivamente, y no podremos disfrutar más con los conciertos de ranas y sapos que años atrás fueron tan frecuentes y que deleitaban a cualquier amante de la naturaleza.
No pienses que esto no va contigo. Los anfibios, como el canario de la mina, son los primeros en caer, y su silencio nos avisa del deterioro generalizado de este entorno y de un futuro poco halagüeño.
No obstante, vamos a seguir insistiendo. Vamos a repetir el muestreo más entrada la primavera, para ver si se animan más los coros de ranitas con la llegada de algunas lluvias y las localizamos en algunas de las estaciones que ahora han dado resultado negativo.
En cualquiera de los casos, el riguroso protocolo que hemos seguido con los voluntarios y voluntarias que hicieron posible el trabajo, nos llevará a replicar la toma de datos en los próximos años, con objeto de valorar la evolución de las poblaciones de este precioso y ya raro anfibio, la joya esmeralda que aún tenemos el privilegio de albergar en nuestra provincia.
Esta contundente frase lo resume todo: "No pienses que esto no va contigo. Los anfibios, como el canario de la mina, son los primeros en caer, y su silencio nos avisa del deterioro generalizado de este entorno y de un futuro poco halagüeño". Hagamos mas presión a las administraciones para proteger este singular entorno.
Exacto Ignacio, esperemos que dentro de un tiempo podamos informar que el deterioro de zonas como el rio Adra y las Albuferas se ha frenado y que las poblaciones de ranita meridional, entre otras especies que también están de capa caida vuelvan a ser las que eran