A lo largo de la primavera y verano de 2021, miembros de SERBAL han podido constatar la reproducción de dos parejas de cerceta pardilla en la Ribera de la Algaida, confirmando, una vez más, la importancia de este humedal para la conservación de esta especie catalogada En Peligro Crítico de Extinción.
La cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) fue un ave abundante en los humedales costeros mediterráneos hasta mediados del siglo XX, pero en las últimas décadas, ha sufrido un dramático declive que la ha llevado al borde de la extinción, estimándose el número de parejas reproductoras en España en 2019 en tan solo 45 parejas.
Este declive se explica en gran parte por la degradación de su hábitat preferente, los humedales salobres, acentuado por el cambio climático, que implica una disminución de las precipitaciones y por tanto, de la calidad y cantidad de agua disponible en las localidades de reproducción.
La Ribera de la Algaida es actualmente uno de los pocos humedales de España en los que puede verse todos los años la cerceta pardilla. Suele llegar sobre febrero-marzo y su estancia en este humedal se alarga hasta junio-julio, dependiendo de las precipitaciones acaecidas durante la primavera.
El número de individuos observados en este humedal varía según los años, dependiendo de varios factores, siendo el más importante las precipitaciones caídas en otoño y primavera.
Y es que la Ribera de la Algaida es un humedal temporal muy dependiente de las lluvias. Según nuestros datos, la cerceta pardilla tan solo se reproduce en el humedal de la Ribera de la Algaida, los años en los que llueve al menos 80 mm en primavera, siendo especialmente importante que en torno a un tercio de estas las lluvias primaverales se produzcan en mayo-junio (25-30 mm) , pues es una especie de reproducción muy tardía.
¿Cómo realiza SERBAL el seguimiento de la especie?
La cerceta pardilla es un ave especialmente esquiva durante la reproducción. Cuando está empollando, la hembra apenas sale a alimentarse y muchas veces solo de noche o a primera hora de la mañana. Esto hace necesario que sean muchas las horas de observación.
Por suerte actualmente contamos con cámaras de fototrampeo que nos facilitan el trabajo y el correspondiente permiso de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía para su instalación en sus charcas preferentes.
De este modo hemos podido obtener una serie de videos y fotografías en los que se constata la presencia de dos hembras distintas, una acompañada con 11 pollos y otra con 9.
Los primeros pollos los detectamos la primera semana de junio y a mediados de julio eran 18 los que llegaron a volantones, lo que supone una alta tasa de vuelo.
En el siguiente vídeo recogemos algunas de las secuencias grabadas por las cámaras desde que los pollos eran pequeños hasta que volaron (no olvidéis suscribiros a nuestro canal):
Adicionalmente, SERBAL viene trabajando duramente en los últimos años por la adecuación de sus lugares preferidos. Junto a otras entidades (como ACA - Asociación de Ciencias Ambientales y el Objetivo Verde) y auspiciados por proyectos como LIBERA (Ecoembes-SEOBirdlife), hemos podido realizar acciones como la delimitación con vallas de los lugares de reproducción, la creación de islas para que descansen las aves, la retirada de residuos de las charcas, la instalación de cajas nido y de carteles informativos para evitar molestias, etc.
Todo este duro trabajo ha tenido éxito y por eso, nos sentimos especialmente orgullosos.
Pedimos un mayor compromiso por parte de la administraciones
Pero no todo son buenas noticias. Actualmente la Ribera de la Algaida, a pesar de estar incluida en el Inventario de Humedales de Andalucía, no está legalmente protegida y algunas de las charcas en las que se reproduce la cerceta pardilla están en manos privadas. El no estar protegido legalmente es un lastre para poder hacer inversiones públicas, siendo esta una de las causas por las que se ha quedado fuera del proyecto LIFE cerceta pardilla, en el que se han visto beneficiados otros humedales con menor presencia de la especie.
Por otro lado, siguen siendo frecuentes las molestias, especialmente por la práctica del motocross, los vertidos de residuos agrícolas o el tránsito de personas acompañadas con perros sueltos. Es urgente por ello una mayor vigilancia, impedir el paso de vehículos a motor en toda la zona y la restauración de algunas de las charcas donde está presente, así como la adquisición de terrenos de titularidad privada. Estas acciones, que coinciden con la estrategia propuesta por el grupo de trabajo de la cerceta pardilla del Ministerio para la Transición Ecológica, son imprescindibles si queremos abordar el elevado riesgo de extinción de la especie.