Tras semanas de espera, y aplazadas fechas debido a las recientes nevadas en la Sierra de los Filabres, el pasado 4 de marzo se dieron las condiciones adecuadas que  permitieron realizar una nueva jornada de repoblación dentro del proyecto “Filabres, el renacer del bosque frontera”.

Voluntarios y voluntarias de SERBAL
Algunos de los voluntarios al finalizar la jornada. Foto: © David Cuevas.

Alrededor de unos 30 voluntarios y voluntarias se sumaron a la continuación de las labores comenzadas en el paraje de Prados de Rubio hace más de un año. Esta jornada se definió bajo tres objetivos principales: revisar y reforzar las plantaciones pasadas, el asentamiento de otro núcleo de dispersión, y la plantación de especies arbóreas de hoja caduca en el barranco adyacente a las recientes zonas de trabajo.

La jornada comenzó a primera hora de la mañana con el llenado de garrafas para asegurar el riego a las nuevas plantaciones del día.  Aunque en la zona se apreciaba la escasez de lluvias de este invierno, aún quedaban restos de nieve. En algunas zonas, especialmente en el barranco, esto favoreció al mantenimiento de la humedad del suelo, y por ende al apoyo de las nuevas plantas en su adaptación. Por esta razón la cantidad de riego por planta requirió menos litros de agua.

Llenando garrafas en la Fuente del Conde.
Voluntarios abasteciéndose de agua en la Fuente del Conde. Foto: © Carol Moore.

Una vez en el terreno, se realizó la demostración sobre cómo plantar adecuadamente un plantón. Por las experiencias pasadas, hemos podido comprobar cómo una adecuada plantación influye determinantemente en la adaptación y supervivencia de las nuevas especies. Factores como una correcta ubicación, el acolchamiento, la orientación y diseño del alcorque para la captación de agua, y por supuesto, la posterior protección, adquieren una notable importancia en la fructífera adaptación del ejemplar a su nuevo entorno.

El refuerzo natural de ramas, piedras y arbustos junto a los protectores artificiales, hace que pasen desapercibidos ante roedores o mamíferos de mayor tamaño que pudieran buscar en ellas un nutritivo alimento. Además de esto, ayudan a mantener la humedad y aseguran protección frente a los fuertes vientos o las inclemencias de los futuros y calurosos meses de estío. Como va siendo nuestro lema, menos es más. Más vale asegurarnos en acomodar bien una planta y su supervivencia.

Demostración de plantación y acomodación de alcorque
Demostración de plantación y acomodación de alcorque. Foto: © Carolina Martínez.

Los trabajos se repartieron en cuatro grupos de trabajo:

  1. Revisión y mantenimiento de pasadas reforestaciones. Dos grupos de voluntarios organizados peinaron la zona haciendo recuento de la supervivencia de plantas y su estado, y acomodando y reforzando los alcorques y protecciones. Se marcaron con un color las supervivientes y con otro las nuevas plantaciones, permitiéndonos así hacer un mejor seguimiento en el futuro.

    Se contabilizaron un total de 37 encinas (Quercus ilex), 6 cerezos (Prunus insititia) y 13 majuelos (Crataegus monogyna) bien arraigados de la plantación del 12 de diciembre de 2021. Es importante tener en cuenta que en esta zona, gran parte de las bellotas sembradas se hicieron utilizando “Seed Shelter”, lo cual resultó en una tasa casi nula de supervivencia.

    Finalmente se plantaron un total de 136 Quercus ilex entre reposición de antiguas marras y nuevas localizaciones, 30 Cistus laurifolios (jara pringosa) y 38 Lavandula stoechas (cantueso).

Voluntario revisando y acomodando alcorque
Voluntario revisando y acomodando alcorque. Foto: © Carol Moore.
  1. Núcleo de dispersión. Un grupo de voluntarios se encargó de construir un nuevo núcleo de dispersión cercado con alambrada metálica y posters de madera de 1´5 m de altura aproximadamente. Además de la protección metálica, se hizo especial insistencia en el doble refuerzo natural externo con ramas y piedras del entorno, dificultando así la posible intrusión de la fauna de la zona.

    En su interior se plantaron 6 Cistus laurifolios, 5 Lavándulas stoechas y se sembraron semillas de endrino nevadense (Prunus ramburii), cantueso, jara pringosa y Digitalis obscura.

    También se revisó el núcleo de dispersión creado el pasado año. Se pudieron observar 3 majuelos vivos (Crataegus monogyna), 3 Lavandula lanata, 3 retamas negras (Cytisus scoparius) y una Digitalis en crecimiento. A esto, se sembraron como refuerzo la misma variedad de semillas utilizadas en el nuevo núcleo de dispersión.

Creación de un núcleo de dispersión
Equipo encargado de la creación del núcleo de dispersión y el fruto de su trabajo. Fotos: © Antonio Mahe.
  1. El barranco. El cuarto grupo de voluntarios se desplazó al barranco adyacente a las zonas de trabajo. Por las condiciones de humedad y localización se destinaron a esta zona una variedad de especies arbóreas de hoja caduca. Se plantaron un total de 98 árboles, repartidos entre ejemplares de Celtis australis (almez), Sorbus domestica (mostajo), Prunus insitita (ciruelo silvestre), Castanea sativa (castaño) y Junglans regia (nogal).

En el próximo encuentro, se continuarán las labores de revisión y refuerzo de las zonas reforestadas pendientes, así como la ampliación de la zona en la medida de lo posible. 

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